Filial Súplica al Papa Francisco:
¡Atended el pedido de Nuestra Señora de Fátima y consagrad a Rusia al Inmaculado Corazón de María!
Beatísimo Padre:
En la aparición del 13 de julio de 1917, la Santísima Virgen le dijo a los tres pastorcitos en la Cova da Iría: “Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atienden mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”.
El 13 de junio de 1929, en el convento de las Hermanas Doroteas de Tuy (España), adonde había entrado sor Lucía, Nuestra Señora le confió, en una nueva aparición: “Ha llegado el momento en que Dios pide que el Santo Padre haga en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón; [Ella] promete salvarla por este medio”.
El pedido fue debidamente transmitido a la Santa Sede. Sin embargo, en los más de 90 años transcurridos desde su formalización, ninguno de los sucesivos Papas hizo esta consagración en los términos solicitados por la Virgen. Aunque algunas consagraciones se hayan aproximado al cumplimiento de estos requisitos, ninguna se realizó de conformidad con todos ellos. Y esto debido a razones de índole humana más que sobrenatural: primero se juzgó “políticamente incorrecto” desagradar a uno de los aliados de la Segunda Guerra Mundial; luego se consideró perjudicial para el progreso de los esfuerzos de acercamiento ecuménico con el Patriarcado de Moscú; finalmente se objetó que un acto de “consagración” sólo podía hacerse con relación a Dios, pero no con la Virgen María, que debía contentarse apenas con un acto de “entrega” de personas, ciudades, naciones, etc.
La devastación que las fuerzas invasoras rusas están causando en la heroica Ucrania y la amenaza para la paz mundial que implica el uso indiscriminado de armas cada vez más letales para el mundo, sugieren que todas las consagraciones realizadas hasta ahora no han sido aceptadas por la Virgen. De lo contrario, su promesa se habría cumplido, Rusia ya habría emprendido el camino de la conversión y el mundo disfrutaría de auténticas perspectivas de paz.
En la situación más crítica que atravesamos desde la Segunda Guerra Mundial, cuando las autoridades rusas y los analistas internacionales plantean incluso la posibilidad de una guerra nuclear derivada del actual conflicto, aunque pueda disminuir momentáneamente su intensidad, se vuelve imperativo elevar los ojos al Cielo y pedir el auxilio de Aquella que profetizó lo que está sucediendo y emplear el medio indicado por Ella misma para evitar la hecatombe: la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, hecha por el Papa en comunión con todos los obispos del mundo.
Santo Padre, los abajo firmantes, en nombre de la sangre de las miles de víctimas de la agresión rusa, en nombre de las lágrimas de los millones de ucranianos obligados a huir o que viven aterrorizados en sus hogares, en nombre de los millones de católicos del mundo entero que se compadecen con los sufrimientos de sus hermanos ucranianos, en nombre de todos los hombres rectos que desean la paz para el mundo, os imploramos que empleéis la plenitud de vuestro poder apostólico y, llamando a todos los obispos del mundo a unirse a Vuestra Santidad, hagáis la consagración formal de Rusia al Corazón Inmaculado de María. Ha llegado el momento de dejar de lado las consideraciones estrictamente humanas y políticas, y asumir la actitud sobrenatural de la confianza filial en la eficacia del pedido de la Virgen Santísima.
Durante el Concilio Vaticano II, hace más de 50 años, dos obispos brasileños presentaron una petición, inspirada y redactada por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, solicitando esta consagración de Rusia. La petición fue firmada por 512 Padres conciliares, pero la consagración no se realizó. En el marco de esa continuidad histórica, presentamos esta filial súplica.
Santo Padre, ¡ha llegado el momento de hacer esta consagración! Si así lo hiciéreis, Nuestra Señora convertirá a Rusia y la traerá de vuelta al seno de la Santa Iglesia Católica, que hace tantos siglos abandonó. La Santísima Virgen se encargará de esta maravillosa obra haciendo reinar la paz en el lugar de la guerra, y en un mundo pacificado reinará con su corazón de Madre: “Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Vuestro valiente gesto habrá abierto la grandiosa perspectiva del Reino de María.
5 de marzo de 2022,
Primer sábado del mes.
Nobleza y élites tradicionales análogas (Nobleza.org), adhiere a la presente Filial Súplica al Papa Francisco impulsada por el Instituto Plinio Corrêa de Oliveira, Tradición y Acción del Perú y más de 20 entidades católicas defensoras de la Tradición, la Familia y la Propiedad, en todos sus términos
Para firmar esta solicitud por favor entre a:
https://www.consagracionrusia.org/es
Amén