El presente sumario -nota 8 bis- corresponde a la nota 8 de la Visión de Conjunto
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♦ Situación de la Nobleza italiana en el Pontificado de Pío XII –
♦ El alcance universal de las Alocuciones al Patriciado y a la Nobleza romana
1. ¿Por qué tratar especialmente de la Nobleza italiana?
En 1947 la Constitución de la Italia republicana abolió los Títulos nobiliarios asestando el último golpe a la situación jurídica de una clase milenaria, hoy en plena existencia, creándose un complejo problema social.
Heterogeneidad de la Nobleza italiana. Antes de la unificación, los títulos nobiliarios eran concedidos por los soberanos de las distintas partes del territorio: Emperadores del Sacro Imperio, Reyes, Grandes Duques, Duques, Patriciados y principalmente –para este estudio- los Papas; que continuaron concediéndolos hasta después de la extinción de facto de su soberanía temporal.
En 1870 se consuma la unificación de Italia. La Casa de Saboya intenta amalgamar las noblezas en un todo: fracaso político y jurídico. Fidelidad de familias nobles a las dinastías depuestas. La aristocracia romana participa de las solemnidades vaticanas, no reconoce la anexión de Roma, cierra sus salones en señal de protesta: nobleza enlutada conocida como Nobleza Negra.
Mediante matrimonios y relaciones sociales la amalgama se da, constituyendo esa aristocracia de muchos puntos de vista un solo todo.
El Tratado de Letrán (1929) aseguraba a la Nobleza romana una situación especial: reconocía al Papa el derecho a continuar otorgando Títulos nobiliarios; el asunto no se menciona en el concordato entre la Sta. Sede y la República (1985).
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Aspectos complejos de la Nobleza italiana -y europea. En la Edad Media, constituía una clase social con funciones específicas, honores y las correspondientes obligaciones.
En la Edad Moderna, ya antes de 1789, la distinción entre Nobleza y plebe se iba haciendo menos notable. Con las revoluciones igualitarias del s. XIX, sufre mutilaciones: en la Monarquía de fines de la II Guerra su poder político sobrevive como prestigiosa tradición, residuo que la Carta Magna republicana intenta eliminar.
La situación social y económica de la Nobleza seguía más lentamente la curva descendente de su poder político. Por sus castillos, palacios, tesoros artísticos, el realce de sus nombres y Títulos, el irreprochable valor moral y cultural de su ambiente, maneras y estilo de vida, se encontraba a inicios de siglo en la cumbre de la organización social.
Las crisis derivadas de la I Guerra privaron de sus medios de vida a parte de la Nobleza obligándola a ejercer profesiones en desacuerdo con su psicología, hábitos y prestigio.
El peso de las finanzas y la técnica creaba nuevas situaciones y centros de influencia, ajenos a la aristocracia. El nuevo orden de cosas iba disminuyendo su importancia social. Elementos ideológicos como la adoración del progreso técnico y de la igualdad de 1789 creaban un clima de odio y difamación contra la Nobleza fundada en la tradición y transmitida del modo que la demagogia igualitaria más odia: por la sangre y por la cuna.
La II Guerra acarreó más amplias quiebras económicas que acentuaron los problemas que la aristocracia enfrentaba, definiendo la crisis aguda de una gran clase social. Fue ante ese cuadro que Pío XII trató de la situación de la Nobleza italiana (con aplicabilidad a la europea).
2. Pío XII y la Nobleza romana
El Papa conocía esta situación. Era de familia noble y su esfera de relaciones se situaba en esa clase. Destacados miembros de la familia fueron agraciados con Títulos (de marqués; de príncipes hereditarios).
Algo imponderable en el Papa hacía pensar en Nobleza. Amigo de pequeños y pobres, era muy romano y tenía la atención y el afecto vueltos también hacia la Nobleza romana.
En el Patriciado y en la Nobleza romana Nos siempre vemos y amamos a un grupo de hijos e hijas que se ufanan de su tradicional vínculo de fidelidad con la Iglesia y el Romano Pontífice, (que) brota de la profunda raíz de la Fe…*
En medio de vosotros Nos sentimos más romanos por el modo de vivir, el mismo sol, las mismas orillas del Tíber sobre las que se meció Nuestra cuna, por aquel suelo sagrado desde el cual Roma comunica a sus hijos los auspicios de una eternidad que se eleva hasta el Cielo*.
3. Alcance universal de las alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la Nobleza romana
Puede parecer que las Alocuciones interesan únicamente a Italia. Pero la crisis que afectaba a la Nobleza italiana se dio, en todos los países de pasado monárquico y aristocrático, como se da en los que viven actualmente bajo régimen monárquico.
Incluso en los Estados con pasado no monárquico se constituyeron por el propio orden natural de las cosas aristocracias de hecho. La oleada de igualitarismo demagógico nacido de 1789 y llevado a su apogeo por el comunismo ha creado en ciertos ambientes una atmósfera de incomprensión hacia las élites tradicionales.
Las alocuciones del Santo Padre Pío XII tienen un interés universal, aumentado por el hecho de que se eleva a altas consideraciones de orden doctrinal, de alcance perenne y universal.
En la alocución dirigida a la Guardia Noble Pontificia (1941), se eleva a las más altas reflexiones filosóficas y religiosas:
Sí. La Fe ennoblece aún más vuestras filas, porque toda nobleza viene de Dios. Todo en El es nobleza del ser. Cuando Moisés, preguntó a Dios cuál era Su nombre le dijo: ‘Yo soy el que soy. He aquí lo que dirás a los hijos de Israel: El que es, me ha enviado a vosotros’.
‘La nobleza de toda y cualquier cosa —enseña Santo Tomás— es proporcionada a su ser. El modo por el cual una cosa es noble corresponde al modo por el cual posee el ser; una cosa es más o menos noble en la medida que su ser es caracterizado por un grado especial de nobleza… Dios, que es su propio Ser, posee el ser en toda su plenitud; no puede carecer de ninguna nobleza que compete a cualquier otro ser’ (Contra Gentiles, L. I, c. 28).*
También de Dios recibís vuestro ser; Él os ha hecho y no vosotros mismos. ‘Ipse fecit nos et non ipsi nos’. Os ha dado nobleza de sangre, nobleza de valor, nobleza de virtud, nobleza de Fe y Gracia cristiana. La nobleza de sangre la ponéis al servicio de la Iglesia y en la guardia del sucesor de Pedro. La nobleza unida con la virtud reluce tan digna de alabanza que la luz de la virtud eclipsa con frecuencia el de la nobleza. Y en los fastos y en las desventuras de las grandes familias resta a veces como sola y única nobleza la cualidad de la virtud:
‘Aunque las viejas figuras de cera adornen los palacios de las grandes familias, la virtud es su única y exclusiva nobleza’.*
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(*) N.R. las presentes citas de las alocuciones pontificias están resumidas; ver las palabras textuales en el original.
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