La Nobleza española y la formación de las élites hispanoamericanas – El período formativo – Las tres instituciones clave de la Nobleza hispanoamericana: encomiendas, cabildos, mayorazgos – (4ª nota)

17/01/2014

D – Las tres instituciones clave de la nobleza hispanoamericana: encomiendas, cabildos, mayorazgos

Juegan un rol capital en la consolidación de la élite americana:

14. La encomienda: su doble finalidad espiritual-temporal

La encomienda, surgida en el medioevo español, desempeñó un extraordinario papel civilizador. En Hispanoamérica fue recreada, con algunas alteraciones que limitaron su alcance, para atender a tres prioridades:

·        evangelizar y civilizar los nuevos vasallos

·        dar impulso a la producción agropecuaria, en lo que era indispensable contar con mano de obra aborigen

·        satisfacer legítimos anhelos de recompensa  de súbditos que habían expuesto sus personas, familias y bienes en actos de verdadero heroísmo durante los  épicos lances de la Conquista.

El extraordinario papel civilizador de la encomienda se manifiesta en el hecho de que la mayoría de parroquias y poblaciones del inmenso territorio hispanoamericano nacieron de ella

En retribución por el trabajo en sus tierras, el titular de la merced se obligaba a promover la evangelización y civilización de los indios encomendados, y a mantener armas y caballos para la defensa de las tierras de éstos y las necesidades militares de su provincia.

La negligencia en proveer a la enseñanza religiosa de los encomendados podía determinar la pérdida de la encomienda.

Dos décadas después (1536), sufre una fundamental alteración; buscando remediar abusos en Centroamérica, se decide abolirla y substituirla por la cesión al encomendero de tributos que los naturales debían pagar al rey.

El otorgamiento de la encomienda a su titular se formalizaba por un contrato que recuerda el íntimo vínculo pactado entre señor y vasallo en el régimen feudal. El acto lo realizaban ceremonialmente el encomendero y sus vasallos indios en presencia del representante de la Corona. 

El conjunto de poderes y privilegios de los encomenderos equivalía a un señorío de facto, favorecido por la distancia de la metrópoli, que confería lo que se ha denominado  con propiedad nobleza tácita.

El extraordinario papel civilizador de la encomienda se evidencia en su eficacia evangelizadora y civilizadora y su adecuación al nivel sociocultural de las poblaciones aborígenes. Asimismo en que las parroquias y poblaciones del interior hispanoamericano en su mayoría nacieron de ellas.

El imponente y emblemático Cabildo histórico de Salta (Argentina) refleja la importancia del rol dirigente cumplido por los vecinos feudatarios encomenderos

15. Los cabildos como soporte de las aristocracias urbanas

En vinculación estrecha con el desarrollo de las ciudades hispanoamericanas se encuentra el Concejo municipal, otra antigua institución castellana, con sus tradicionales fueros y privilegios.  Su rol durará hasta el fin del dominio español.

Eran establecidos en el acto fundacional. La importancia de los cabildos como centros de poder radicó en el hecho de que, a través de ellos, la élite de conquistadores y primeros pobladores pasó a ser el vínculo orgánico entre la sociedad naciente y el poder central. Con el correr del tiempo, se transformarán en verdaderos órganos de poder definidamente aristocratizantes.

En la etapa inicial de la Conquista se va estableciendo una equiparación de hecho entre los primeros conquistadores y pobladores y la clase noble, que la Corona irá sancionando ‘de jure’. Estatuas de Carlos V y la Emperatriz Isabel de Portugal, y otras soberanas de la familia real. Sobre ellas, las armas imperiales.

16. Mayorazgos, fundamento de la perdurabilidad de las estirpes patricias americanas

El mayorazgo es otra antigua y sabia institución del Derecho Nobiliario español trasplantada a América. El heredero se convertía en una suerte de guardián de la parte más apreciable del patrimonio familiar. Su objeto primordial era protegerla, impidiendo su dilapidación, para dar al linaje del fundador condiciones materiales de perdurar.

La importancia de los mayorazgos crecerá a medida que se vaya tornando más evidente la intención real de hacer prevalecer los poderes de los funcionarios de la Corona sobre las élites locales. Estas, con su sentido de adaptación característico, sabrán sortear muchas  tentativas de restringir sus poderes. La institución del mayorazgo se convirtió en medio para conseguir la continuidad legal del linaje y sus bienes.

Muchos hidalgos venían a radicarse a América con las Imágenes de sus santos protectores familiares, como esta Imagen del Patrono San Sebastián, traída por el fundador del Mayorazgo de su nombre, conservada por sus descendientes en la antigua Hacienda

En algunos países, la institución del mayorazgo perduró hasta mucho después de implantado el régimen republicano. El caso más notable ocurrió en Argentina, con el señorío y mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta (La Rioja), perteneciente a la familia Brizuela y Doria. Dicho vínculo sobrevivió más de 100 años a la república, ya que sólo fue abolido por una decisión de la Corte Suprema  hacia la tercera década del 1900. Se aprecia en las cláusulas de fundación del Mayorazgo,  el espíritu católico vigente en la época.

Perduración de tradiciones  vivas y de fusión cultural hispano-indígena: Fiestas Patronales de la Virgen de la Candelaria y San Sebastián en el antiguo Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta (Todos Santos de la Nueva Rioja, Argentina) – Arriba: la Capilla (S. XVII – Monumento Histórico Nacional)

17. Mayorazgos y “política matrimonial”

Los bienes mayorazgos se solían conservar y aumentar concertando casamientos mutuamente ventajosos para las familias de ambos contrayentes. (Ejemplo en México: familias Aguayo-Alamo, los Mariscales de Castilla y los Condes del Valle de Orizaba. En Argentina, alianzas entre descendientes de Don Jerónimo Luis de Cabrera, y de Juan de Garay).

Alianzas de esa naturaleza se pactan para unir los patrimonios y afianzar los derechos adquiridos, “substrayéndolos a la codicia de los jueces comisionados o gobernadores prepotentes” (Molina, p. 53, n. 1).

La cuidadosa interacción entre Mayorazgos y casamientos hará que ilustres linajes puedan permanecer en posesión de sus patrimonios durante centurias, hasta después de la Independencia.

18. Títulos, distinciones y preeminencias en Hispanoamérica

Con el establecimiento de estas instituciones, quedaban implantados los cimientos institucionales de una verdadera élite análoga a la nobleza, llamada hidalguía o aristocracia de Indias, constituida por las familias principales de cada fundación. Por vía consuetudinaria, fue creándose espontáneamente una jerarquía de títulos propia y original.

Sobresalen dos muy apreciados: el de encomendero, con señorío práctico de tierras y vasallos, y el de conquistador, con valor militar, histórico y heroico. 

Junto a la élite de los conquistadores y pobladores figuran también los “vecinos”, pobladores distinguidos que también tienen indios encomendados y obligaciones militares. Les sigue la pequeña burguesía de artesanos y mercaderes, y los labriegos.

Las incipientes élites locales se fueron estructurando de manera orgánica en torno a las familias de beneméritos. En tiempos de Felipe II ya “constituían una verdadera aristocracia” ( p. 54, n. 4 y 5).

La élite que se   destila orgánicamente, enfrentando los desafíos del momento, lleva  en sí grandes promesas de futuro. Amenazada por el proceso igualitario de Occidente, ingresa en el majestuoso escenario de la Historia.

 

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