LA IGUALDAD CATOLICA logra un acuerdo admirable entre las distintas condiciones de vida ◊ ERRADOS CONCEPTOS socialistas -pseudo cristianos de Le Sillon
Continuamos presentando el Apéndice II de Nobleza y Elites, en que el autor denuncia los desvíos de la Revolución Francesa exponiendo las relegadas enseñanzas del magisterio tradicional de la Iglesia. Ilustramos los textos (numerados como 4 y 5 en el original) con algunas imágenes.
Las primeras dos fotos muestran ambientes y tipos humanos de la Civilización Cristiana. La elegante Sala del Duque de Alba, la pintoresca escena de gente de campo trajinando con sus cabras, y el patriarcal campesino bávaro (cuya descripción y comentario se encuentra en el sitio Aristocracia y Sociedad Orgánica).
La tercera foto contrasta con estas escenas: nos muestra a Marc Sangnier, precursor de la peligrosa familia de almas de los socialistas “cristianos”. Su fisonomía tiene una notable marca de dureza, tal vez de obcecación, que condice con su rechazo al orden del universo que Dios creó. Los “soñadores” socialistas anhelan un mundo distinto del creado por Dios; hay en esto soberbia ilimitada, que los lleva a pensar que son capaces de imaginar una sociedad mejor que la que el propio Dios ha hecho, que esté basada en sus tendencias igualitarias. Conociendo, al menos intuitivamente, que chocan con ese orden, adoptan aires desafiantes. El inmortal San Pío X condenó las utopías de Le Sillon, antecesoras de las actuales versiones socialistas niveladoras, que usurpan el nombre de cristianas para mejor disfrazar sus fines.
Textos del Apéndice II de Nobleza y Elites tradicionales análogas
4. La igualdad cristiana “no elimina todas las diferencias
entre los hombres, sino que de acuerdo con la variedad
de modos de vida, profesiones e inclinaciones,
alcanza aquel acuerdo admirable y, por así decir,
armonioso, que conviene por naturaleza
a la utilidad y a la dignidad de la vida civil”
De la encíclica de León XIII, Humanum Genus, del 20 de abril de 1884 contra la Masonería, extraemos el siguiente trecho:
“En consecuencia, habiendo encontrado no sin razón ocasión oportuna para ello, renovamos lo que ya hemos manifestado en otras ocasiones: que es conveniente propagar y proteger con gran celo la Orden Tercera de San Francisco. (…) Así pues, sea renovada con diarios progresos esta santa asociación, de la cual podemos esperar muchos frutos, y especialmente el insigne fruto de que sean elevados los espíritus hacia la libertad, fraternidad e igualdad de derechos, no como absurdamente las imaginan los masones, sino tal como las dispuso Jesucristo para el género humano y las siguió San Francisco. Nos referimos aquí a la libertad de los hijos de Dios, por la cual no servimos ni a Satanás, ni a las pasiones, perversísimos señores; a la fraternidad cuyo origen reside en Dios Creador y Padre común de todos; a laigualdad que, erigida sobre los fundamentos de la justicia y de la caridad, no elimina todas las diferencias entre los hombres, sino que de acuerdo con la variedad de modos de vida, profesiones e inclinaciones, alcanza aquel acuerdo admirable y, por así decir, armonioso, que conviene por naturaleza a la utilidad y a la dignidad de la vida civil.” 1