Revolución y Contra-Revolución en las tres Américas: El período formativo (I) – La Conquista de América, empresa fundamentalmente noble – (2ª nota)

23/10/2013

PARTE I – EL PERIODO FORMATIVO

A) Conquistadores y primeros pobladores – Perfil moral y tipo humano
En 1492, cuando culminaba la ardua Reconquista, Colón descubría y tomaba posesión del Nuevo Mundo en nombre de los Reyes Católicos. Así recompensaba Dios a España por su victoriosa cruzada y ponía al Nuevo Continente en manos de esa nación católica y aguerrida que reunía condiciones privilegiadas para su cristianización y civilización.
Se abría para América la posibilidad de beneficiarse del legado de bienes espirituales y temporales de la Civilización Cristiana hispánica. La gran visión de Isabel y el talento de Fernando crearon condiciones propicias para ello.

 

Presupuesto fundamental para entender la conquista
Esta Europa ya no era la misma de la Edad Media. Fermentos de espíritu neopagano penetraban los ambientes que se manifestarán en los protagonistas de la Conquista. Esto es fundamental para comprender la magna empresa, valorar sus actores, distinguirlos de sus vicios y miserias, notar cómo se contraponían y mezclaban y apreciar sus efectos en la nueva sociedad.
Entre las características de la nueva sociedad se destaca:
el apetito de placeres terrenos que se va transformando en ansia;
el orgullo , que se manifiesta en el gusto por disputas aparatosas y vacías y exhibiciones fatuas de erudición;
el absolutismo propiciado por legistas ensoberbecidos por sus conocimientos de Derecho Romano.
El Humanismo y el Renacimiento propiciaron un modelo humano precursor del hombre “ávido de ganancias, pragmático y sensual de nuestros días, de la cultura y de la civilización materialistas en que cada vez más nos vamos hundiendo” (Plinio Corrêa de Oliveira, “Revolución y Contra-Revolución”).
Tomando la figura prototípica del caudillo español que capitanea la epopeya indiana importa considerar hasta qué punto esa crisis incidió negativamente en su dedicación al bien común y en qué medida influyó en el carácter de las nuevas élites surgidas en Indias.

B) La Conquista de América, empresa fundamentalmente noble

Cortés y Pizarro fueron arquetipos de la figura  legendaria y complejadel conquistador

1.Finalidades superpuestas de la Conquista, efecto de un conflicto de alma
En la legendaria y compleja figura del conquistador –cuyos arquetipos son Cortés y Pizarro- se revela el conflicto entre dos componentes psicológicos y morales opuestos: trazos del espíritu medieval y tendencias de orgullo y sensualidad renacentistas. De ahí resulta una constante bivalencia de personalidad: de un lado el caballero medieval, íntegro, idealista, intrépido; del otro, el hombre vanidoso, intemperante y materialista del Renacimiento.
En la epopeya se observan dos finalidades superpuestas: propagar la fe y satisfacer ambiciones de honores y riquezas,
Deseo de “haber riquezas” expresado por Bernal Díaz, legítimo, pero en la atmósfera psicológica del momento, se prestará numerosas veces al exceso, entrando en conflicto con el bien común. Y en un mismo héroe alternarán la fe y la soberbia, el desprendimiento y la codicia, la austeridad y la desbordante sensualidad, el acatamiento a la autoridad y el arrogante individualismo e insumisión.
Héroes de una expansión religiosa y política de indiscutible grandeza, fueron también en grado mayor o menor héroes del mercantilismo.

2. Importancia de la labor evangelizadora y civilizadora
A diferencia del primer viaje de Colón, en el segundo se manifiesta la preocupación misionera y civilizadora. La expedición se divide en un grupo noble y otro plebeyo. Vienen los primeros clérigos que por disposición regia nunca deberán faltar para la evangelización de los aborígenes.
Alejandro VI, en la bula Inter coetera, enaltece el designio apostólico de los Reyes y les concede el patronato sobre las tierras descubiertas, acentuando el carácter cooperante en la propagación de la fe de toda la empresa colonizadora. Isabel la Católica lo reafirmará una década más tarde, en su célebre testamento. Desde entonces, la nota de genuina preocupación misional está presente en todo el poblamiento de América.

El factor determinante ha sido el designio civilizador que animaba a los expedicionarios. Se realiza gracias a líderes naturales que aglutinan e impulsan el sentir colectivo, exponentes de una especie admirable de hombre de valor, que se imprimió en la imaginación popular como un arquetipo y cautivó el interés de los investigadores: el noble español.

 

3. Primera sociedad americana e impulso fundacional
En La Española se constituye una incipiente sociedad, prolongación de los reinos de España y sus instituciones. Don Diego Colón es Almirante de las Indias, Visorrey y Gobernador General. Casado con Doña María de Toledo, sobrina del Duque de Alba, vienen con ilustre séquito de hidalgos y doncellas nobles que ennoblecen la ciudad, y , con su descendencia, forman una simiente de civilización hispanoamericana. Aún existe el costanero Paseo de las Damas, donde la Virreina salía a tomar brisas del Caribe acompañada de su corte.
La estructura social se configura en adelante, no como núcleos de residentes temporarios, sino como una España de ultramar. Con los hombres de mayor categoría promotora comenzará efectivamente en 1519, año en que Cortés desembarca en Méjico, la Conquista del continente.
En casi ocho décadas, prácticamente se encuentra consumada. Aniquilados los estados religiosos azteca e inca, sojuzgadas la mayoría de las restantes estructuras socio-políticas indígenas, la penetración española en el resto del Continente será gradual y relativamente incruenta.
Es un proceso que dependerá mucho más de impulsos de autoridades locales, comunidades religiosas o exploradores particulares, que de estrategias de la Metrópoli.
Al cabo de un siglo se han fundado más de mil núcleos urbanos, de los que trescientos sobreviven en el siglo XVII.
El factor determinante ha sido el designio civilizador que animaba a los expedicionarios. Se realiza gracias a líderes naturales que aglutinan e impulsan el sentir colectivo, exponentes de una especie admirable de hombre de valor, que se imprimió en la imaginación popular como un arquetipo y cautivó el interés de los investigadores: el noble español.

Share
Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments

Previous post:

Next post: