REGRESO al ORDEN – La Iglesia y el Estado tienen específicos fines y objetivos – Regreso al Orden

03/09/2019

Tanto la Iglesia como el Estado son sociedades perfectas e independientes con fines y objetivos específicos. Cada uno es jurídicamente competente para proveer los medios necesarios y suficientes para cumplir con su objeto; cada uno es soberano en su propia esfera.

Algunas de las pancartas de los defensores del matrimonio tradicional

El objeto inmediato y específico de la Iglesia es la promoción de la vida sobrenatural y la salvación de las almas, y el fin secundario e indirecto es ayudar al bien común de la sociedad temporal. El objeto específico e inmediato del Estado es la promoción del bien común, e indirecta y secundariamente ayudar a los hombres a practicar la virtud y así obtener la felicidad eterna.

Jack Philips, propietario de la Confitería Masterpiece, se niega a vender una torta “de casamiento” a homosexuales, a pesar de que un Juez de Colorado le ordenó que lo hiciera. Dice que está dispuesto a ir a la cárcel antes que violar su conciencia. Según Nicolle Martin, abogada de Philips, “todos los americanos deberíamos ser libres de honrar a Dios en nuestras vidas y en nuestro trabajo. El Gobierno no debería amenazar a los americanos con pasar tiempo en la cárcel simplemente por ejercer las libertades constitucionalmente protegidas de libertad de religión y expresión.”

La Iglesia cumple su objeto preservando el orden moral de lo bueno y lo malo, manteniendo el culto divino y administrando a los hombres los medios sobrenaturales de la gracia. El Estado consigue su objeto asegurándole a la sociedad armonía y paz, tanto en lo interior como en lo exterior, a través de la aplicación del orden jurídico, favoreciendo las condiciones para la creación de riqueza y proveyendo a la defensa común.

Pancarta de protesta contra una Universidad Católica de Boston que otorgó al Primer Ministro abortista de Irlanda Enda Kenny un título honorífico y un estrado en las ceremonias de inicio el 20 de Mayo de 2013

Con roles tan claramente definidos, es evidente que la Iglesia no busca dominar o absorber al Estado, como podrían pretender algunos liberales. En realidad es el Estado quien con más frecuencia ha buscado absorber o dominar a la Iglesia. Gobernantes tiránicos de todo tipo han tratado de someter a la Iglesia a su poder, mediante el establecimiento de iglesias controladas por el Estado que se convierten en departamentos estatales y sus ministros en capellanes del poder (1).

A través de su larga y gloriosa historia, la Iglesia Católica siempre resistió estos intentos, insistiendo en defender su libertad e independencia. Se ha rehusado a renunciar a su misión espiritual de santificación, culto y predicación del Evangelio, inclusive hasta el punto de sufrir persecución.


Nueve mártires de la revolución de Asturias. San Inocencio de María Inmaculada (abajo, derecha) fue muerto por izquierdistas en 1934 cuando se disponía a celebrar misa. Su “crimen” fue desafiar la prohibición de dar enseñanza religiosa en las escuelas

(1) Podemos citar el caso actual de China Comunista, que trató de instalar la Asociación Católica Patriótica China para reemplazar a la Iglesia Católica. También podemos citar ejemplos históricos como el establecimiento de la Iglesia de Inglaterra por Enrique VIII, el intento de la Revolución Francesa de someter la Iglesia a la Constitución Civil del Clero y la sumisión de la Iglesia Ortodoxa Rusa a los Zares.

Return to Order, de John Horvath (h), best-seller de la TFP norteamericana, más de 300.000 ejemplares vendidos…

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