I) Catedral de Rouen, por Monet – A pleno sol – armonía azul y dorada
Observando y admirando, entrecerrando los ojos luego, y pensando en el “añorado paisaje interior” que inspiraba a Monet su arte de reflejos e impresiones brotados de la realidad, ¿qué nos dicen estos cuadros?
I) [armonía azul y dorada] – La luz cae en torrente como un trigal dorado y pujante, encendiendo la piedra de la venerable Catedral. Ella está de gala, sobre un fondo de cielo inocente y festivo. Es una “casa de oro”. Nos parece oír los acordes del órgano y la gloria de las trompetas.
II) Armonía marrón
II) [armonía marrón] – La última pincelada de sol ha desaparecido. El rey ha emigrado, dejando la tierra desolada. Pero la Catedral no se rinde. Ha pasado por muchos vendavales, la han castigado muchas tempestades. Y ella sigue en pie, esperando, serena, el amanecer del día siguiente.
III) Catedral de Rouen, por Monet – Tiempo gris
III) [tiempo gris] – La Catedral, en un miércoles de ceniza… Las columnas, los arcos, los santos, están pensativos, en recogimiento. Algunos reflejos argenteados testimonian su nobleza y perennidad. Las brumas la envuelven respetuosamente, de gasa delicada y maternal. Sus bloques de piedra resisten con serena grandeza atemporal…
IV) Luz matinal – armonía azul
IV) [luz matinal – armonía azul] – Colorea por fin suavemente la mañana. Las figuras de piedra se van incorporando: es el cortejo de las vírgenes prudentes que se acercan, al son de alegres melodías, a recibir la majestad del Amado con sus lámparas encendidas. La fachada es frente casta y delicada. Su diadema es zafiro azul.
Juegos de luz, gracia y color