Carlos de Orleáns recibe el homenaje de un vasallo
El lazo feudal era una relación personal imbuida en alto grado de espíritu de familia. De hecho la institución principió cuando las familias desesperadas ingresaron a las residencias de miembros de la clase dirigente local que las dirigían en la lucha por la supervivencia, frente a las invasiones bárbaras y el conflicto social. El historiador Franz Funck-Brentano comenta que, de este modo, se formó una relación “cuyos miembros se identifican el uno con el otro como los de una misma familia cuando se trata de alegría o de tristeza”. (1)
A diferencia de las frías relaciones burocráticas que relacionan al hombre moderno con las abstractas estructuras corporativas y gubernamentales, el vínculo feudal era sumamente personal.
En el generalizado vínculo feudal del vasallaje, por ejemplo, el vasallo se ponía libremente bajo su señor, al que trataba con todas las obligaciones y sentimientos de un hijo hacia un padre a quien debía afecto, consejo, asistencia y fidelidad. Por su parte, el señor era como un padre obligado a brindar protección, ayuda, seguridad y medios de subsistencia. Cada parte, en caso de gran necesidad, se veía forzada a pedir ayuda y recursos más allá del círculo de su propia familia. Dicho vínculo forjado era tan fuerte que frecuentemente “era comparable a, y a menudo más fuerte que la propia solidaridad del grupo familiar” (2).
El Canciller Antoine Chaumont La Galaizière recibe el homenaje del Primer Presidente de la Corte de Lorena, en Nancy, el 21 de marzo de 1737. Cuadro de François-André Vincent.
En el mal entendido vínculo feudal, se da una aplicación sumamente práctica del principio de subsidiariedad, en el que uno recurre a una autoridad más alta para atender las propias necesidades, y el superior delega el gobierno de tierras y cargos en aquellos que se encuentran a su servicio. Así, la soberanía es parcelada a todo nivel y se forma una nación de pequeñas vibrantes naciones.
(1) Franz Funck-Brentano, The Middle Ages, traducido por. Elizabeth O’Neill (New York: G. P. Putnam and Sons, 1923), 11.
(2) David Herlihy, ed., The History of Feudalism (New York: Walker, 1971), 69.
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