A pesar de sus limitaciones humanas, el vínculo feudal es un vínculo flexible y creativo dentro de una relación de tipo familiar. Es un vínculo que penetró toda la sociedad, de arriba a abajo, generando lazos de amistad y responsabilidad mutua. Es un vínculo sagrado con fundamento en raíces de unidad religiosa. En él encontramos dosis equilibradas de autonomía, autoridad, flujo vital, solidaridad y subsidiariedad, tan esenciales para un orden orgánico. En este vínculo se encuentra aquél elemento humano que falta en la economía moderna de intemperancia frenética.
Ilustración: Pintura de Joaquín Pallares Allustante
También podríamos juzgar este vínculo por sus frutos. Hizo que Europa resurja de las ruinas de la Antigüedad y las invasiones bárbaras con una infraestructura social, militar y económica desarrollada espontáneamente, muy descentralizada y auto-financiada, nacida del fuerte vínculo de tipo familiar y de la unidad religiosa, que podía adaptarse rápidamente en medio del caos.
Alguien podría preguntar: ¿Nuestra solución está en el vínculo feudal? Eso depende de cómo sus caracterísiticas básicas puedan adaptarse a las circunstancias presentes.
Ilustración: Plaza de Covent Garden en 1737, mirando al oeste, hacia la Iglesia de San Pablo., pintado por Balthazar Nebot
Claramente estamos experimentando el mismo tipo de desintegración abrupta de nuestro tejido social, lo cual exige alguna forma de relación unificadora. Se oye la queja de que nuestra sociedad se está desmoronando, con un abismo creciente entre los que tienen éxito y los que tienen menos. Y sin embargo no tenemos nada similar al vínculo feudal para hacer de puente sobre este abismo y así unir a todos en una causa común para resolver nuestros problemas.
De la misma forma, si las familias estaban sobrepasadas por la desintegración de su sociedad en los tiempos pre-feudales, cuánto más lo estarán los vulnerables aisaldos individualistas de hoy, por las múltiples crisis de nuestro tiempo. Frente a la desintegración social que nos amenaza, bien podríamos procurar una solución “feudal” que nos devuelva al orden.
John Horvat II, “Vuelta al Orden: de una economía frenética a la Sociedad Orgánica Cristiana – Adónde estuvimos; cómo llegamos hasta aquí; y adónde tenemos que ir” (York, Pennsylvania. York Press, 2013), p. 195)
