El principio de subsidiariedad – Regreso al Orden
01/08/2014
Una sociedad con autoridad y flujo vital tiene una vida social inmensamente rica. Cada familia, grupo social, profesión, región y provincia tiende a reunirse bajo liderazgos naturales para atender las necesidades propias de nuestra naturaleza social. Cada unidad produce lo que es capaz de producir por costumbre y con sentido común. Usa todas sus riquezas, bellezas y recursos. Solo en este contexto se puede observar el principio de subsidiariedad correctamente practicado.

Foto: La Boda de Don João Fernando Salazar y Braganza y Doña Pilar – Portugal
Según este principio cada unidad social sólo debe recurrir a la unidad superior o a la autoridad en aquellos asuntos que es incapaz de manejar. Las sociedades superiores son subsidiarias de las inferiores y existen para servirlas. “Una comunidad de orden superior no debe interferir en la vida interna de una comunidad de orden inferior, destruyéndole sus funciones; más bien debe apoyarla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar sus actividades con las del resto de la sociedad, siempre con vistas al bien común.” (1)

Foto: La Prefectura Naval de los Estados Unidos pone a salvo una víctima del Huracán Katrina. Una de las varias operaciones militares que se hicieron después del Huracán Katrina el 30 de Agosto de 2005
De la misma manera, el Estado debe dejar a la familia las tareas que le son propias. La comunidad debe solicitar ayuda del Estado en aquellas materias que están fuera de sus capacidades, como la defensa. Las organizaciones profesionales de nivel nacional, provincial o local deben ocuparse de los asuntos que le son propios a cada una.

Foto: Un Guardia Nacional del Ejército de los Estados Unidos, con el Grupo de Apoyo Civil Nº 63, hace tareas de búsqueda y rescate el 21 de Mayo de 2013 en Moore, Oklahoma, después que un tornado devastó la zona
Tanto en la Izquierda como en la Derecha, muchos han simplificado el principio de subsidiariedad en el sentido de que todas las funciones sean reducidas casi exclusivamente al menor nivel posible. No están considerando el rol del flujo vital y de la autoridad y les gustaría imponer a todos una economía o un gobierno casi pueblerinos. Esta “subsidiariedad” sin niveles de gobierno de asociaciones intermedias es estéril, porque hay nada más que dos protagonistas: la unidad social primitiva y el Estado todopoderoso.
(1) Juan Pablo II, Centesimus Annus, no. 48.

John Horvat II, Return to Order: From a Frenzied Economy to an Organic Christian Society—Where We’ve Been, How We Got Here, and Where We Need To Go (York, Penn.: York Press, 2013), 176.
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