15 nov 2025 – para revisar, poner subtítulos y publicar en algún lado, para entrevista en radio d.l. Catedral con Roberto Choque
SOR LEONOR DE SANTA MARIA OCAMPO DAVILA
UNA SIERVA DE DIOS NACIDA EN LA RIOJA
SU ESPIRITUALIDAD
II° Congreso de Historia de la Orden de Santo Domingo en Argentina
Tucumán, agosto de 2005
Elena Beatríz Brizuela y Doria de Mesquita
Sor Leonor de Santa María Ocampo Dávila fue una monja dominica que permaneció durante su vida religiosa en el Monasterio de Santa Catalina, en Córdoba.
Nació en el Nevado del Famatina, a unas 8 horas a caballo desde Sañogasta, en la provincia de La Rioja.
Fue bautizada con el nombre de Isora María del Tránsito; parece que fe de bmo dice sólo Isora creció en la casa materna; vivió en las ciudades de La Rioja y San Juan en su juventud; a los veintiséis años ingresó a la Orden. Falleció el día de los Santos Inocentes, el 28 de diciembre, en el año 1900.
Su mejor biógrafa es ella misma. En los relatos sobre su vida que le mandó escribir su confesor, dice “…no recuerdo más que las cosas que en mí han hecho una extraña impresión” (Ocampo,1997:3). Algunas de esas impresiones transcribimos aquí, para tratar de descubrirla, imitarla y quererla, y pedirle su intercesión en el Cielo.
Sus primeras palabras son: “AVE MARIA” (ibidem:1). La salutación angélica; “el mas perfecto saludo,….santifica el alma, pone en fuga al demonio, es una rosa encarnada, es una perla preciosa” dice San Luis María Grignion de Montfort, el santo que tan bien explica la verdadera devoción a la Sma. Virgen (G. de Montfort: 1943, 163/165).
SU NACIMIENTO
“Me dio a luz mi madre Dña. Solana Dávila de Ocampo el día 15 de Agosto a las tres de la tarde el año 41 -(1841)- tiempo de muchas guerras; mi casa como fue muy poderosa y rica por lo que era muy perseguida, y estando mi madre en sinta de mí, sufrió muy grandes trabajos…un ejército ….llevaron presos a mi P. Dn. Amaranto Ocampo y al padre de mi madre Dn. Ramón Dávila y Doria por el vinculado, y dos niños, y mi M. tenía por casa una cueba en un lugar desierto con el resto de la familia, y otra parte del ejérsito tenían la casa y vienes por de ellos, en esta crítica circunstancia a cada ora creían que mi M. moría…” (ibidem: 1).
Por el ambiente enrarecido que producía la tremenda persecución política, doña Solana se había refugiado en un puesto de cría de animales a más de cuatro mil metros de altura, en el cerro; allí, la luz es diáfana, el azul del cielo muy intenso, el vuelo del cóndor elevado y sereno y el agua de la vertiente como un cristal. El paisaje grandioso armonizaba perfectamente con lo que llegaría a ser el alma de la niña que estaba naciendo. Es para pensar que Dios quiso preservar desde siempre su espíritu escogido.
Fue bautizada con el nombre de Isora María del Tránsito.
Cuando habla de “el vinculado”, se refiere al Mayorazgo fundado por el General Pedro Nicolás de Brizuela y su mujer Mariana Doria, por disposición testamentaria en 1663 imponiendo el apellido Brizuela y Doria para el titular; tuvo vigencia desde 1674 hasta 1917 , fue el primero y el mas largo del país. En el año en cuestión, -1841- el abuelo de Isora, don José Ramón de Brizuela y Doria, era el “Vínculo” o “Señor de San Sebastián de Sañogasta”; al ser asesinado por Aldao en estas revueltas políticas, lo asumió su madre, y al fallecer ésta, su hermano mayor Ramón Francisco. Esta familia era una de las principales de La Rioja, con tradición de servicio al bien común, colmada de responsabilidades y obligaciones civiles, políticas, militares y religiosas.
SU NIÑEZ
“Cuanto nasí, por el esta (estado) en que estaba mi M. por los trabajos, incapaz de atenderme, me entregaron a una esclaba de casa muy buena y onrada, llamada Dominga,…” (ibidem: 2). “…. me contó la misma que cuando era yo de poco menos de dos años, se volvieron a convulsionar estos pueblos, vino a Chilecito el General Benavides con un grande ejército, de San Juan, y parte del ejército quedó en Sañogasta, estos hacían muchos estragos en todo lo que podían…….; le pregunta (a Dominga) un soldado ¿de quien es esa niñita que carga? Ella le dijo que era de ella, pues bien me la da usted. Y yo me la llebo, y aunque resistió…., tuvo el dolor de entregarme al soldado ….y dio parte a mi madre, ella (la madre) no omitió diligencia por haser, ni por todo el dinero que ofrecía no me querían entregar, ocurrió (recurrió) al General Benavides…..un día entero estuve en poder de soldados ¡pobre criatura!. Cuando todo esto me contaban, yo comprendía que Dios me preparaba un camino de trabajos, me acuerdo que desde que tube cuatro años ya comprendía las cosas, no como criatura sino como persona de juicio…” (ibidem:3).
“Era de natural muy callado….y no era traviesa, era muy inclinada a la soledad y al cilencio, porque yo gosaba mucho en él.”
“En esta edad de cuatro años dio una peste muy mala….a mí no me dio, pero me tullí y me entró un grande estérico….no hacía mas que llorar….nada me gustaba…., me pregunta la que me paseaba, que a donde quería ir, yo dije que aun ciénego donde había unos arroyos de agua muy lindos y se beía allí toda clase de pájaros con quien yo tenía encanto,… allí me tenían todo el día … esto…consolaba mi alma y sanaba mi cuerpo….no sé qué sería que la vista de los pájaros influían tanto y me hacían conocer, y amar a Dios, sin más que este paseo quedé tan sana,…” (ibidem: 4). Explica muy bien esto el dominico Santo Tomás, que trascendía con su espíritu, y su mente llegaba a descifrar las más intrincadas verdades; enseña que nuestra inteligencia no puede abarcar la esencia de Dios, se eleva a su conocimiento por medio de las cosas que están a nuestro alcance, y en las que encontramos ciertas perfecciones, cuya raíz y origen común está en Dios (Aquino 1943: 35). Por eso, la variedad, el canto magnífico y los colores bonitos de los pájaros, el agua purísima de la vertiente, la imponencia de los algarrobos y talas formaban un conjunto de belleza, pureza y grandeza en el que el espíritu delicado de Isora percibía las perfecciones divinas, y es lo que le hacía tanto bien.
Narra con sencillez y humildad, episodios de su infancia que revelan sus inclinaciones y virtudes, su devoción y fidelidad al llamado especial de Dios:
“Por la misericordia de Dios y de la Stma. Virgen, era muy inclinada a los ejercicios espirituales desde la edad que acabo de decir (cuatro años), y jamás tenía pereza en darme a ellos y hallo mucho que admirar en esto, que no había oido ni hablar de penitencias y nuestro Sr. me inspiraba que las hiciese”. “Se hacía en la plaza de Sañogasta con gran deboción la Viasacra, y cada vez que me incaba, deseosa de acompañar en algún sufrimiento a N. Sr. me incaba en lo más pedregoso del suelo, con las rodillas limpias. Acostumbraban sacar….una imagen de N. Sra. de Dolores, iba atrás del Sr. y esta las mas beces la pedía yo para cargarla……es indecible las dulzuras que me hacía sentir y gustar y con tal espíritu la llevaba; que mi cara iba bañada en lágrimas de puro amor y consuelo, pues tan tiernamente me atraían la M. e hijo, y esto era ordinario en mí, no podía ber Imagen de la Virgen sin que yo llorase de goso” (ibidem:4)
“La despensa y casa de mi madre, era rica, y estaba siempre abierta para todos los pobres y yo era la repartidora de todas las limosnas que se daba, ella era toda caridad, nada se reservaba. Yo era muy andadora en la casa de los pobres y cuando no beía … ni fuego … porque no tenían que cocinar, me volvía calladita a casa y le contaba a mi madre…y me despachaba ella vien abiada para que les llevase” (ibidem:5).
“En la casa todo el servicio era de plata, pero tenía yo tan grande inclinación a la pobreza, que mi gusto era comer con cuchara de palo y aspa, en plato de barro …y los pobres como yo les era tan conocida por las limosnas que les daba, me regalaban… y nunca usaba lo de plata, porque no le tenía inclinación”. “En la cama hacía lo mismo: mi hermano mayor me observaba mucho …, después que se dormian todos, me levantaba y ponía una cama pobre iba alas monturas de mis hermanos le quitaba un jergón de ensillar para taparme, una carona …. de cuero para tender en el suelo, y del recado hacia cabesera, y me acostaba, me gosaba en esta cama pero mi hermano que me espiaba, cuanto me dormia me alsaba y me trasladaba a mi propia cama y no sentia, y cuando amanecia y me halla (allaba) sin mi cama pobre me ponía muy triste….yo lo hacía todas las noches, pero (el hermano) tenia la paciencia de hacerlo…callado sin decirme nada…..pero cuando el andaba en viajes, yo lograba mucho”. “Desde la misma edad era muy devota del Sto. Rosario,….cuando lo rezaba la familia, que lo hacian todas las noches pero tarde …..como Dios se agradaba del buen deseo de mi corazón, y la Reina y M. mia…., permitía que las boces de los que rezaban…fuese una música la mas dulce y tierna para mi, y el goso que me causaba este concierto, me despertaba y al punto me incaba a resar con todos….Yo conocia que esta deboción y buena boluntad mia la agradaban mucho a la Sma. Virgen, y ella me atraía … con consuelos y ternuras tan dulces y suabes, que no me dejaban pensar en otras cosas propias de criaturas,…….yo creía que esto sucedía en todas, aunque no las beía llorar en el reso…” (ibidem:6).
“Avia una Imagen del Rosario de mi abuelo, estampada en una tabla, con N. P. Sto. Dgo. a los pies y Sn. Francisco, y pasaba largos tiempos en su presencia….en afectuosas conversaciones con María Sma….sin otra instrucción y luz que las que estas divinas personas me daban…conocía y comprendía que todo el tesoro de santidad de María y todo lo que ella me repartía amí…, lo hacía con todos los cristianos, que todo era obra de Dios, y que amando a su Madre le amaba y agradaba a Dios, y le daba gracias … con mil ternuras de que hubiera criado a la Virgen, y hasta entonces…ninguna explicación había recibido sobre los sagrados misterios, porque no me creían capáz de comprenderlos, pero….quedaba instruída por luces que recivía, y comprendí de la Virgen que Dios la havia criado y dado al mundo tan digna y cumplida; como para que fuese M. de Dios…”. Notablemente Isora discernía perfectamente este misterio, que es doctrina católica pura, con las luces propias del Espíritu Santo, a tan tierna edad.
Continúa recordando:
“Ahora ¿qué diré de la graciosa y mas dulce simpatía que tube al conocer a N. P. Sto. Dgo., en aquella referida estampa…? …fue tan grande la alegría y dulzura que sentí en mi alma, y dominada del goso, tocandoló, … dije con gran fe y esperanza; así como este Santo me he de vestir yo…. y desde este día…fui su hija la mas apasionada”. “…ya tenía mas de 7 años y aprendí a leer …y era muy aficionada a leer, y en todas partes que encontraba el nombre de Dios, le daba un beso con tal reverencia y amor que es indecible” (ibidem:7).
“Quedando yo 8 años muere mi madre… de la pena que tuve me dio una gran fiebre…. a los quince dias….una tía muy buena…le pareció prudente alejarme de aquellos lugares, que me causaban pena,…y me llevó a su casa…a Malligasta…había una capilla consagrada ala Purísima Concepción…. y el primer paseo…fue a esta capilla, y desde que entré me sentí tan conmovida y devota que lleva mis esperanzas en encontrar allí mi consuelo, a si sucedió llegué a la baranda del prefiterio y me inqué….toda arrebatada….dije…Madre mia, yo no tengo madre, sed bos, mi madre,….y me sentí llena en un mar de dulzura…., toda me atrajo hacia ella, con tal ternura y amor, como quien habre los brasos y me aceptase y acogiese en sus brasos… no mas sentí tristezas…”.
“Cuando tube 12 años…edad por cierto de mucho peligro…solo me refiero a la necesidad que ya tenía de quien vele y cuide de mi alma, ¡que desamparo! ¡que peligros! ¿y quién belaba por mí?…. Dios guiaba mi alma y la guardó con particular esmero…. Desde este tiempo me hizo el Sr. una gracia de las gracias, cual era el orror, asco y odio al pecado, causándome grandisima pena y lástima de ber tantas almas entregadas y esclavizadas con sus propias paciones, ¡que prodigio! Yo no era nada viba, pero N. Sr. me hiso tan advertida para huir de las ocaciones y peligros…” (ibidem: 9 a13). Es digno de resaltar la coincidencia de los sentimientos y el espíritu de Isora con las enseñanzas de San Juan Eudes cuando dice que el Corazón de la Virgen es nuestra regla y fuente de todo bien, que solo tuvo odio y aversión a las cosas que son objeto del odio de Dios (Eudes: 75/ 79). También resalta algunas virtudes de Nuestra Señora, que esta niña atesoraba: mansedumbre, humildad, devoción, paciencia, obediencia, fidelidad, misericordia, benignidad, caridad, vigilancia (ibidem:101); esta última, especialmente observada por ella como el mejor medio de evitar las ocasiones de ofender a Dios – ¡y en nuestros tiempos es la virtud mas olvidada y tan necesaria!-.
EN LA RIOJA
Don Amaranto mandó a su hija a La Rioja, a los 13 años, con una prima suya; tal vez querría que se relacionase y puliera su trato social, en vistas a formar una familia con algún joven de su rango; doña Concepción –una mujer excelente que apreciaba a su sobrina- tenía varias hijas que la ayudarían. ¡Craso error!. El corazón de Isora estaba en otro lado: “Aborrecía a los hombres y particularmente a los que les conocía inclinación hacia mí,….por consiguiente huía muchísimo de ellos”. Y las primas no pudieron ser peor compañía: “…me hacían sufrir lo que nadie puede tener idea ….. fue una escuela donde aprendi a …. reprimir y vencerme, en no defenderme ni replicar palabra” (ibidem: 14/15).
En ocasión de darse una misión en la Iglesia Matriz, en la que predicaba el Padre Laurencio Torres, dominico confesor de Isora, cuenta: “ …hise una confesión general con él, y durante nueve dias que duró la confesión, ayuné con gran rigor…. yo hacía libremente lo que mi espíritu de mortificación me inspiraba… La mición terminaba en día de todos los Santos y el de Animas,…. Después de la comunión, me inqué a dar gracias en un altar de Ntra. Sra. de Candelaria ( Patrona de Sañogasta), Toda gozosa y agradecida ala Divina Majestad del vien que resivia mi alma y con un afecto muy fuerte y grato me dirigí hacia ala Sma. Virgen poniendomé en sus manos toda yo y la obra que yo hacía aquel día, para que como Madre mía la ofreciera al Sr. En esto que hacía este ofrecimiento, me sentí atraida y arrebatada del divino amor me quedé suspensa, sin discurrir cosa alguna, solo se ocupaba mi alma de amar y admirar a aquel que hasí me atraia. ….cuando yo volví me encontré … con las manos crusadas y apretadas en mi pecho….y la cara bañada en lágrimas. …Mas quedó mi alma tan violenta en este mundo, que no sabía que hacer para librarme de los bullicios y compromisos, que hasco el que le tenía! Que pena la mia de ver mi alma presa entre peligros tan grandes. ¡Ah P.! Resivi tan grande luz en este fabor que me hiso el Sr. que creia morir y no resistir alas ancias que el mismo conocimiento que tube de la nada mia y del mundo, y la grandeza y bondad de Dios, y llena mi alma de vienes inesplicables, no tenía alientos para llegar a casa, y lo que llegué, … tan desfallecida en las fuersas corporales, … cai en una alfombra, no estaba para cosas de este mundo, mi corazón tan enchido de afectos a mi Dios, que me parecía imposible vivir mas;…..creo que no me equiboco, que mi espíritu se comunicó sin interrupción todo el día con Dios y Dios conmigo” (ibidem: 16/17).
Estas vivencias la dejaban fuerte en la fe y en la esperanza de alcanzar un bien al que aspiraba, aunque no lo comprendía del todo; así es como se sintió impulsada a decirle a Don Amaranto: “… tatita, algún dia yo he de ser monja…” … y depositaba sus deseos en la Santísima Virgen (ibidem: 24).
La relación con las primas se tornó insoportable, llegando a la violencia; a tal punto que, habiendo transcurrido cinco años, por los sufrimientos morales y físicos, las injurias, el mote de “monja hipócrita”, las calumnias y los golpes que le daban, ella considera que: “…todas estas cosas me fueron formando una corona de Martir como me la mostró el Cielo después”. Como contrapartida, la Virgen la visitaba, la animaba y consolaba en sueños.
“Sobre todas las gracias…a sido la de una continua presencia de Dios…. fue una llave que guardó mi corazón y sentidos… mi cuerpo estaba en una parte y mi voluntad y mente en Dios…. esta creencia era con una fe tan viba, que esto me hacía orar continuamente… y un gran recogimiento interior… . Nunca fui a la Iglesia sin libro….para no mirar objetos ni distraerme … yo sentía que caia sobre mi alma un rocío celestial que me enternecía… en el mas dulce reconocimiento a aquel Dios Padre que con tanta liberalidad me regalaba, y el libro quedaba mojado de lágrimas,…..estas gracias o comunicaciones, que hasi me han enseñado que se llama esto, era casi ordinario en mí…pero muy especialmente cuando resaba el Rosario….y siempre resaba las tres partes del Ro. en diferentes oras. En fin P. tanto enriquecen mi alma estos regalos… y no se de que espreciones me ede baler para esplicar cosas tan interiores y esquisitas y grandes, que mas son para sentir que para decir”. “….el demonio podía tomar parte en estas cosas y engañarme; porque como no las comunicaba al confesor, no podia ser instruida sobre este particular; pero Dios N. Sr. fue mi Maestro….nunca permitió que yo tubiese el mas ligero pensamiento de que yo fuese algo mas que otras por esto, pues me dejaba sentimientos tan humildes que me unia con la tierra….y esto con una gracia especial …” (ibidem: 26).
Siendo ya una jovencita, tenia buenas amigas con las que conversaba de cosas no vanas, y las estimulaba a acercarse a los sacramentos; no perdía ocasión de apostolado, caridad y oración. Era muy querida y respetada en la sociedad riojana; se había hecho conocida y la buscaban para ayudar a enfermos graves a bienmorir.
PREPARATIVOS PARA EL VIAJE A SAN JUAN
“Andaba yo en 18 años cuando mi Padre determina llevarme a San Juan,…como era Ministro pide licencia…..tuvimos que ir por Chilesito a sacar a mi hermanita menor y un hermano…; a los pocos dias hacen una gran revolución y buscan a mi P. para matarlo… ¡Ah! P., cuanto tengo que admirar aquí la providencia… para que se cumplan los designios que tenía conmigo. Pues le inspira a mi P. que salga de alli, y mas por mis instancias,… que me sacase de aquella casa… Como no lo encontraron los revolucionarios a mi P. mandan partidas de soldados con la orden de que lo matasen donde lo encontrasen; mi P. estaba en su casa (en Anguinán y yo en Sañogasta preparando el viaje) … a las 8 de la noche va la partida…. y no tubo mas tiempo para ocultarse que ir a tras de la casa habia un pequeño árbol en el que estaba atado el caballo del viaje, y siendo que también buscaban caballos, bá y se esconde ala par del caballo, se baja la partida lo buscan por toda la casa…. y ban al lugar donde estaba mi P. y el caballo y Dios lo hase invisible a sus ojos… y se vuelven desengañados de que no estaba….al punto ensilla mi P. … y se marcha a Sañogasta….”. Allí se repitió la escena; mas que nada buscaban caballos; habiendo muchos en la viña al lado de la casa, que los soldados conocían perfectamente, ¡no los vieron!. Isora dice: “…yo clamaba al Sr. que no permitiese que los viesen.. Con todo ésto me probaba el Sr. que quería que me fuese a San Juan y para que se salvara la vida de mi P.” (ibidem: 28).
EN SAN JUAN
Vivía en esta ciudad su hermana Benjamina, casada y con varios hijos; pararon en su casa. Don Amaranto tenía muchas relaciones muy cumplidas, que los invitaban a festejos, lo que mortificaba bastante a la joven.
Hermana y cuñado eran muy buenos y devotos; Isora le ayudaba mucho en la casa y con los niños. Pero…necesitaba llevar otro tipo de vida, lo que Ntro. Señor le pedía; además apareció un pretendiente excelente con el que la familia estaba encantada, …mas no ella. Se sintió inspirada para pedirle a su padre que alquilaran una casita. Así no ofendería al joven con un no, pero no lo recibiría en su casa y se desengañaría, y podría dedicarse mas a sus obras piadosas y de apostolado, a sus libros y oraciones. El padre accedió y se mudaron.
“El demonio envidioso y rabioso con la empresa y santas resoluciones….me apuró mucho con tentaciones feísimas y me quejé a N. Sr…. y vi sinco vírgenes en forma de hermosísimas palomas blanquísimas y su blancura significaba la belleza y la hermosura de la Castidad y hiso tal efecto en mi alma; que se trocó la tentación en purísimos afectos con aquella virtud… Cuando desperté … mi alma como si hubiese salido de la mas fervorosa oración y contemplación… no le temía al infierno; y malatasca (el demonio) perdió todo su negocio… Desengañé al mundo, al demonio y a la carne..” (34).
Formó un método para ensayarse para la vida religiosa: oración mental a la mañana, a la tarde y a la noche, ayuno de comida y agua, paseos solo a la Iglesia, y cada quince días a lo de su hermana, salvo que hubiera enfermos; era la enfermera de las tres casas de la familia; también atendía a personas extrañas y a moribundos que alentaba y ayudaba: “Yo me sentía llena de caridad y compación con mis prójimos y los amaba con ternura, cumpliéndose en mi aquello que decía el Apóstol: ¿Quién padece que no padezca yo?…”.
Su meditación constante era la Pasión del Señor; ¡a veces de rodillas toda la noche! cuando le entraba la luz por la ventana, se daba cuenta del tiempo… “…. ¡bendito seas mi Dios! …. gracias te doy porque así me has entretenido en tu compañía…” Pedía gracias para todos, sentía ardor y celo en su corazón, odio al pecado y deseo del bien de las almas, rezaba especialmente por las mujeres, por las doncellas, para que las llamase a consagrarse al puro amor. Deseaba que hubiera un hospital para mujeres, que tantas había que morían de pobreza y desamparo; pues no pasó un mes y una señora donó una buena casa para eso, y la puso bajo la protección de Ntra. Sra. del Rosario.
Su corazón llegó a un punto tal de unión con el Creador, que: “…sentía una presencia de Dios tan dulce, que toda me componía, mis movimientos maneras y palabras todo era con tal reberencia y compostura…porque tenía gran sertidumbre de que Dios estaba conmigo…. me hacía violencia prestar mucho mi atención a las cosas mecánicas, y me olvidaba mucho de haser las cosas, pero aún en eso N. Sr. bolvía por mí.
…..un día mi padre me pide que le cosine unos huebos …..esperando que yo lo llamaría,. ….le gustaban muy blandos,…. se pasó una hora y los huebos irviendo… viendo que no lo llamaba sale y me dice: niña y los huebos que se hicieron? ¡Ah que aflicción! …ya los consideraba inservibles… tan cosidos no solo no los tomaría, sino que se habría sofocado y cansado con mis olvidos y estaba amenazada por él, de que en el primer olvido… me echaría los libros y debociones al fuego, ya creí que ese dia se verificaría….Sr. mío dije cumplasé en mí tu boluntad, haced que estén buenos porque no hai mas en casa que estos huebos. Se los di ami padre, y me oculté porque no quería estar presente cuando quebrase los huebos; mas viendo el silencio que guardaba me asomo … y lo vi que comia, …. le pregunté si estaban a buen punto, y me respondió: muy a mi gusto, así los deseaba. ¡Bendito seas Dios mío! Que es esto que hases conmigo? Que soy yo?… reconosí el milagro que obró la Providencia como de otros que se dignó haser a favor de esta su sierva inútil; con mis prójimos y conmigo misma.”
“Mi padre era pobre porque no le pagaban su trabajo y teníamos dias muy escasos, y el día que no habia que gastar, me decía que yo como tan dada al servicio de Dios devia proveer aquellas necesidades …aunque esto me confundía mucho confiaba en la bondad del Sr. ….las obras, y cosas de la vida interior, parecen delirios o locuras a los del mundo…; Mi padre me lastimaba mucho cuando yo estaba en oración, me hacía salir diciéndome que dejase de perder el tiempo. Sucede un día que no tenía mi padre ni un medio y ni palo de leña para calentar el agua, el me havisó en la noche para que le pidiera al Sr….., ¡Cosa prodigiosa! Cuando (al día siguiente) ….. abrió la puerta de la casa, se halló que llegaba un hombre con un gran carro de leña y….un hermoso cordero y verduras y otros condimentos de la comida, que le mandaba un sujeto …. que no tenía motivos ninguno para hacer este obsequio…….. quedó confundido mi padre ante tal maravilla”(37).
Cosas como estas ocurrían siempre.
Su caridad, siguiendo los pasos de su amada Santa Catalina y por su intercesión, lograba mucho para con su prójimo. Había dos hermanos que pedían limosna, uno con parálisis y el otro tullido, que quedaron así, al parecer como un castigo por “haberle puesto las manos” a la madre; como solía hacer con todos, los instruía y trataba de lograr que se confesasen, además de darles lo que podía. El tullido murió confesado y muy agradecido.
El paralítico padecía grandes dolores que le hacían gritar, y no podía hablar; con unas amigas lo visitaban y trataban de hacerle entender que su padecimiento era el purgatorio que merecía por sus pecados; le enseñó a querer y a pedir la intercesión de Sta. Catalina para que pudiera hablar; es admirable su dedicación, su amor, su resistencia a la aprensión, su voluntad, su paciencia, hasta lograr que el paralítico camine, se confiese, retenga su saliva para comulgar sin problemas, esté sin dolores, contento y agradecido, al punto de disponer dejarle su hija -después de su muerte-, a quien tanto bien le había hecho.
Como este caso, hubo muchos otros por la gracia de Dios; aliviaba y curaba a la gente y se convertían; cada vez más la conocían y acudían por consuelo y salud del alma y del cuerpo o para encomendarse a sus oraciones. En casos de peligro de muerte enseñaba y recomendaba la imposición del escapulario de la Virgen del Carmen, y los regalaba.
Mientras crecían los inconvenientes para que se concretara su deseo de ser religiosa, aumentaban sus ansias por serlo:
“…por el santo Rosario… pedía con muchas lágrimas me concediese la Sma. Virgen la gracia de ser Religiosa Dominica…. Vi en un sueño ala Sma. Virgen sentada en una nube con el rostro hermosísimo y risueño … y el Niño Jesús paradito al lado de ella inclinadito con las dos manitos extendidas como en acción de darle lo que le pedía su Madre para mi. Yo comprendí que la gracia que le concedía el Niño era la del estado Religioso que yo mas le pedía….¡que consuelo tan grande! La hermosura de la M. y del hijo que yo miraba, me confundía y humillaba tanto y el grandísimo goso que de ella resivia mi alma creia morir,…. la Señora siempre riendo… me decía que no me afligiese, que todo estaba seguro dejándome grande certidumbre de que los inconvenientes serian allanados. El niño ….. muy contento, como de edad de sinco años…., su cabecita parecía de oro ¡bellísima vista! Esto fue el día de los Desamparados” (47).
Circunstancias familiares perturbaron su vida y sus proyectos. Don Amaranto regresó a La Rioja; Isora fue a vivir otra vez en casa de Benjamina. El cuñado le facilitó todo para la práctica de sus devociones y penitencias, pero la hermana, por influencia del clérigo con quien se confesaba, le obstaculizaba la vida y la frecuencia de los sacramentos, y hasta le prohibió salir de la casa; “un mes duró la prisión” (49/50/52).
“…apuraba al Sr…. para que se desocupase algún lugar (en el monasterio) para ocuparlo yo, … ya me era casi insoportable la vida en el siglo, pues ya iba para sinco años que esperaba una bacante” “…habíamos conbenido con el P. Pno. (Padre Paulino, su confesor) que un dia haria yo un boto…, porque podía suceder que me muriese….y quería ya estar consagrada ami Dios por medio del boto de castidad…” (52).
Cuando se concretó, el Padre le preguntó si sabía lo que se celebraba el día que ella había elegido, y no lo sabía; “este dia celebra la Orden los desposorios de tu M. Sta. Catlina, y tu has tenido la dicha de imitarla…” (52/53).
Había recibido una carta de sus tías monjas, que eran tres, avisándole que había un lugar y podía disponer el viaje. Dio parte a sus hermanos de Sañogasta, para que le enviasen el dinero para la dote, como le habían prometido. Le dijeron que por ahora no podían, pues el Chacho los había dejado sin nada; y el hermano que hubiera podido darle más, había muerto. ¡No pudo ocupar el lugar! Debió seguir esperando… (54).
Pasó el tiempo; Don Amaranto falleció en La Rioja, y en San Juan su cuñado y un niño.
Isora comenzó a pedir limosna para su dote; Benjamina estaba indignada y dio parte a los hermanos; llegó un mensaje diciéndole que la traerían a Sañogasta a comer tierra con ellos! Isora, siempre apoyada por su hermana menor, hizo frente al enojo familiar y siguió adelante. Aparecieron donantes providenciales que le allanaron el camino, y cuando llegó un nuevo aviso del Monasterio ofreciéndole un lugar; se dispuso a ocuparlo.
Mientras tanto, seguía soñando: “…me preparó el Sr. y esforzó con la vision siguiente: Bi en lo esterior del Cielo unos dos angeles que tomaban las puntas de un paño largo….en donde se beia un dibujo hermosísimo formado de piedras tan grandes y ricas, que cada una brillaba mas que las estrellas y se me hizo entender de este modo: Esas piedras…son los santos que a fuersa de trabajos y golpes de martillo de la paciencia y conformidad con la voluntad de Dios se han puesto tan hermosos y brillantes como los beis. Y el dibujo y simetría que forman en su colocación y que unos brillan mas que otras; es dibersidad de grados de gloria que cada uno a merecido y según los merecimientos están colocados en el cielo. Quedé tan consolada y animada con esta vición tan hermosa, que ya no quise que me faltasen trabajos” (59).
Estaba todo arreglado. Y partió hacia Córdoba donde la esperaban en el histórico Monasterio de Santa Catalina; la acompañaba una señora principal de la sociedad de San Juan y el Padre Paulino.
En San Luis se encontraron con que la mensajería había sido asaltada en el viaje anterior; los pasajeros estaban llenos de temor; el sacerdote le preguntó si prefería seguir o quedarse. “.. Padre, ni los indios, ni los salteadores no tienen mas poder que el Smo. Rosario,…… de consiguiente no me buelbo por nada” “…….todo el viaje fue muy feliz” (61).
EN CORDOBA
“Llegamos a Córdoba…..entre tantas campanas que oí, cuando oí las de la Orden, sentí en mi corazón tal consuelo y dulzura, que me avisaba con la dulce impresión, que campana era…” “Con los repiques de la reserba de la función del Sagrado Corazón me habrieron las puertas las monjas y fue como si Jesús me huviese estrechado en su divino Corazón…… Este dia terminaron mis penas” (62).
“Tube un noviciado el mas feliz, y profesé con igual felicidad”.
Se llamó Sor Leonor de Santa María, en honor a la fundadora de esa Casa.
Los arrebatos y comunicaciones se repetían a menudo, enseñándola y revelándole misterios de la perfección y grandeza del Creador, haciéndola gozar de Su presencia, regalándola con gracias grandes y pequeñas…. Tuvo visiones del Cielo, de la Comunión de los Santos, del infierno, de Santo Domingo y Santa Catalina, de la Iglesia y el Santo Padre. Son magníficas y entusiasman sus descripciones.
Veamos esta: “Para la profesión de las novicias, hay costumbre de bestir y engalanar un Niño Jesús para que le ponga el belo a la que desposa con él….para la profesión de mi sobrina quise bordarle un vestido que ella le dio, para cuyo fin encargué aliños de oro … y el día 15 de agosto (día de su cumpleaños), me escribe una amiga de San Juan, mandándome una piedras preciosas para el vestido del esposo, y el mismo día a la noche, se me aparece el Niño Jesús en sueño en el jardín diciéndome con mucha bondad y cariño que venía a que le pusiera el vestido que había bordado…..incada … lo vestí con gran reverencia y amor y para entrarle las manitos en las mangas se las tomé y besé primero…cuando acabé….me dijo: ¿y la capa? …entro a la selda a buscar capa….cuando vuelvo….no lo encontré, y llena de pena lo buscaba, y se me habre una puerta muy grande y desconocida, y mirando y buscando al Niño divino….bi una procesión hermosísima, celebrando la Asunción de N. Sra. Los santos iban riquisimamente vestidos y todo con maravilloso orden, majestad y hermosura, no era de este mundo. ¡que multitud! ¡que vestimentas tan ricas las que llebaban los Papas, Cardenales y Obispos!. No se veía mas que oro y piedras muy brillantes y hermosas, pero el Niño se me perdió en la multitud pero entendí que allí andaba con el vestido. Y desperté tan gososa, como que benía de una festividad del Cielo” (72/73). Las religiosas conservan la imagen del “esposo” con ese vestido bordado, como una reliquia.
Sor Leonor ocupó en la comunidad los cargos menos destacados, y los que más exigencias tenían de caridad y paciencia, como el de enfermera. Gozó y sufrió. Fue duramente atacada por el demonio y siempre lo venció. Fue objeto de admiración y respeto, de envidias, celos y persecuciones.
Una cosa no puede dejar de decirse: se santificó.
Murió a los cincuenta y nueve años.
Mi intención era hacer una reseña de su vida. Cuando comencé a escribir, me dejé llevar por su frescura y candidez, y terminé transcribiendo algunas de las bellezas que narra; mi historia, por buena que fuera, jamás sería tan elocuente.
Termino contando el regalo indecible que Sor Leonor le hizo a Sañogasta, el pueblo de sus mayores, donde ya se perfilaba la santidad de su vida. Este es el hecho:
“Una ocación quise mandar a una capilla de Sañogasta unas estampas de las catorce estaciones, para fomentales la devoción que habia tanta en esa jente a la víasacra, y estaba para salir un hermano mio para esa, y no tenía mas dia para acomodar las estampas en los marcos, que el domingo, porque lunes salía mi hermano. Y el maestro me trajo los marcos en sabado muy tarde, cada marco con su cristal; y el domingo … le ofrecí al Sr. esta obra en santificación del día de fiesta y trabajé medio día. Me puse a labar los cristales y sin advertir pise uno y se hizo añicos, no me afligi, dije bos Sr. mio me dareis otro para remplazar este, cuando ya me faltaba poco, quise salir de la selda a buscar cristal y tomo el marco que quedó sin cristal para llebarlo, y lo encuentro que no le faltaba. Dios proveyó, sin que me costase buscarlo, …”.
Bien había dicho en otra ocasión: “Nunca pedí nada al Sr. que no me lo concediese!”
Esos cuadros permanecen en las paredes centenarias de la Iglesia de San Sebastián. Desconocemos cual es el del cristal provisto por Nuestro Señor; hacen pocos años al leer sus “Memorias”, publicadas por la Orden con ese nombre, recién supimos de la Gracia enorme con que obsequió esta Sierva de Dios sañogasteña a su terruño.
La causa de Beatificación y canonización ha comenzado hace pocos años, en la Arquidiócesis de Córdoba, siendo Sor María Nora Diaz Cornejo, O. P., su Vice –postuladora.
Que Sor Leonor nos ayude en nuestra vida y en la restauración de la sociedad, en la que se han perdido tantos valores y olvidado tantas virtudes. Solo será posible en una verdadera civilización cristiana, con el auxilio del Cielo.
BIBLIOGRAFIA
AQUINO, Santo Tomás de: 1943, Compendio de Teología Editorial Cultural.
EUDES, San Juan: 1959, El Corazón Admirable de la Madre de Dios, Edit. Madrid.
GRIGNION de MONTFORT, San Luis María: 1980, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, Editorial Apostolado de la Prensa, Madrid.
OCAMPO, Sor Leonor de Santa María: 1997, Manuscritos autobiográficos, Edición especial del Monasterio de Santa Catalina para la causa de beatificación y canonización.
Sor Leonor de Santa María – Apuntes para charla
Subscribe
Login
0 Comments
Newest


