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ara esclarecer cómo debemos entender el misterio de la Navidade inspirarnos en el ejemplo de los pastores y los Reyes, venidos a adorar al Niño Jesús, unos con preciosos regalos de huertos, fincas, arroyos y campos, otros con regios dones refulgentes, presentamos estas reflexiones del Papa San Pío X sobre “la campana” -las enseñanzas vivas- de Belén:
“La campana de Belén es una escuela en la cual, si el cumplimiento de las promesas divinas no es revelado a los sabios y a los prudentes del siglo, sino sólo a los párvulos, esto es, a los simples pastores, esto no sucede ciertamente porque Jesús quiera demostrar preferencias en las condiciones humanas.
“La sociedad de los hombres es la obra de Dios. Dios mismo ha querido la diversidad de condiciones, y Jesús no ha venido a cambiar este orden, llamando a sí sólo a los pobres. Ha nacido para todos.
“Esto es tan cierto, que para demostrar este carácter de universalidad, completamente propio de su divina misión, quiso nacer en lugar donde a ninguno le fuese vedado el acceso; quiso descender de sangre real, para que no le desdeñasen los príncipes; quiso nacer pobre, para que todos sin excepción pudiesen acercarse a Él; quiso, en fin, aparecer niño, para hacerse todo a todos y para que ninguno tuviese temor de avecinarse a El” (Sermón a los Cardenales del 23 de diciembre de 1904).