
Adoración de los Reyes Magos – Zurbarán
LA LUZ DE LA NAVIDAD, FUENTE DE LA CIVILIZACION CRISTIANA Y REMEDIO PARA LA CRISIS DE LA HUMANIDAD
El día en que nació el Niño Dios fue el primer día de la Civilización Cristiana.
Es cierto que la civilización es un hecho social, que no puede contentarse con influenciar al pequeño grupo de personas que se reunió para adorarlo en el pesebre.
Pero todas las riquezas de la Cristiandad están contenidas en Nuestro Señor Jesucristo como en su fuente única y perfecta. Así, la luz que empezó a brillar en Belén fue aumentando sus claridades hasta extenderse sobre el mundo entero, transformando las mentalidades y las culturas, elevando y uniendo a todas las civilizaciones que se abrieron a su fulgor.

El primer día de Cristo en la tierra fue el primer día de una nueva era histórica. Ese Niño débil y pobre, en aquel pesebre, transformaría la Historia.
¡Y qué transformación, orientar a los hombres en el camino opuesto a sus inclinaciones, por el camino del sacrificio y de la cruz!
Llevar la fe adonde dominaba la superstición, el desapego adonde reinaba el placer, la pureza adonde
La venida del Redentor fue un triunfo sobre las tinieblas del paganismo. El affiche muestra aspectos monstruosos de las divinidades paganos, la locura megalómana de Nerón y los jaguares y águilas toltecas llevando corazones humanos en la boca. La Civilización Cristiana trajo la dulzura y el orden del Evangelio sobre una humanidad desesperanzada.
imperaba la degradación moral y aun la depravación.
Dos mil años después de la primera Navidad, parece que en muchos aspectos hemos retrocedido a aquella situación. En el mundo de hoy, la Civilización Cristiana en su plenitud ha dejado de existir, y de la gran luz sobrenatural que comenzó a brillar en Belén muy pocos rayos brillan sobre las costumbres y la cultura actuales.
La acción de Jesucristo, tan presente en los sagrarios como en la gruta de Belén, ¿habrá perdido su fuerza? Desde luego que no.
Si la causa no está ni puede estar en El, está en los hombres.
Cuando la Iglesia nació, las almas se abrieron a la prédica del Evangelio.
⇐ Santas vírgenes princesas del Rin, Embade, Warbade y Wimbade
Hoy son cada vez más en el mundo los que rechazan la palabra de Dios, los que por sus ideas y costumbres están en el polo opuesto: “Lux in tenebris lucet, et tenebras eam non comprehenderunt” (La luz brilló en las tinieblas, pero las tinieblas no la recibieron).
Esta es la causa de la ruina de la Civilización Cristiana. Si el hombre no es verdaderamente católico, ¿cómo podrá ser cristiana la civilización
que salga de sus manos?
Sorprende que tantos se pregunten por qué el mundo está en semejante crisis. Basta pensar cómo seria la humanidad si cumpliese la Ley de Dios.
Por sí sola la crisis desaparecería. Por lo tanto, el problema está en nosotros; en nuestra inteligencia, que se cierra a la verdad; en nuestra voluntad, dominada por las pasiones, que se aleja del bien. La reforma del hombre según la luz de Belén es lo indispensable. Con ella, todo se logrará; sin ella, todo lo que se haga será inútíI.
Esta es la gran verdad para recordar en esta Navidad.
Altar de Perugia – Fra Angelico
Junto al pesebre, tenemos a la Medianera clementísima, nuestra abogada, que nos tiene toda la compasión, la ternura, la indulgencia de la más perfecta de las madres.
Con los ojos puestos en María, unidos a Ella y por medio de Ella pidamos en esta Navidad la única gracia que realmente importa: el Reino de Dios en nosotros y en torno de nosotros.
Y todo lo demás nos será dado por añadidura.
Meditación inspirada en escritos del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira
EL INSPIRADO CREADOR DEL PESEBRE