Nobleza y élites: Cap. I (conclusión) – Deshaciendo objeciones previas – Visión de conjunto (7)

13/09/2014

010 Visión de conjunto rojoCap. I (iii) – Deshaciendo objeciones previas (conclusión)

Continuamos brindando esta visión de conjunto, necesariamente resumida y limitada, recomendando vivamente la lectura de esta obra, que se encuentra a disposición de quien desee adquirirla (ver “TOME CONTACTO CON NOSOTROS”). Nota: los subtítulos numerados y en negrita pertenecen al original; los destaques en letra cursiva y negrita, salvo aclaración en contrario,  pertenecen a nuestra Redacción.

5. Nociones intuitivas e implícitas no bastan – Riqueza de conceptos con que Pío XII trató del asunto

Se hizo referencia a las objeciones de que es blanco la institución nobiliaria y las respuestas en su defensa. No falta a quienes discuten a favor y en contra de la Nobleza cierta noción de lo que ésta proclama ser en razón de su esencia, razón constitutiva y fidelidad a la Civilización Cristiana. Sin embargo, esto no basta para una discusión seria y concluyente,y  de ahí la esterilidad de tantas controversias sobre el tema.
La bibliografía contraria a la Nobleza es mucho más abundante y fácil de encontrar, lo que explica que quienes propugnan la Nobleza estén frecuentemente menos informados y se muestren más inseguros que sus contrincantes.
La actualizada apología de la Nobleza y élites tradicionales es desarrollada por el inolvidable Pontífice Pío XII en sus alocuciones, con altura de miras, riqueza de conceptos y concisión de lenguaje, un motivo más para hacer oportuno el conocimiento de la presente obra.

6. ¿Alocuciones de pura cortesía social, vacías de contenido, de pensamiento y de afecto?

Probablemente habrá quien se creerá dispensado de ponderar las alocuciones alegando que son documentos de exclusiva cortesía, vacíos de contenido doctrinal o afectivo.
“Muy diferente fue el juicio de Pablo VI: ‘Quisiéramos deciros muchas cosas. Son muy numerosas las reflexiones que despierta vuestra presencia. Lo mismo le sucedía a nuestros venerados Predecesores –especialmente al Papa Pío XII, de feliz memoria- los cuales…os dirigieron magistrales discursos que os invitaban a meditar, considerando a la luz de sus admirables enseñanzas tanto las condiciones de vuestra situación como las de nuestro tiempo. Queremos creer que el eco de aquellas palabras, como el viento que hincha una vela (…) vibre aún en vuestros corazones, colmándolos de aquellas austeras y magnánimas llamadas que alimentan la vocación que la Providencia os ha marcado, y rigen el ejercicio de aquella función que la sociedad contemporánea espera que ejerzáis también hoy’ ”.

La mera lectura de las alocuciones y comentarios que las acompañan hace ver toda su riqueza y oportunidad, que lejos de desvanecerse con el tiempo no hace sino acentuarse.
El contenido afectivo de las alocuciones queda patente en el discurso al Patriciado y a la Nobleza romana de 1958:
“Vosotros, que no dejabais de visitarnos al inicio de cada nuevo año, recordaréis sin duda la cuidadosa solicitud con que Nos ocupábamos de allanaros el camino hacia el porvenir, que se anunciaba…áspero por las profundas convulsiones y transformaciones que amenazaban al mundo. Estamos…seguros de que cuando vuestras frentes estén también coronadas de nieve y de plata, no sólo seréis testigos de Nuestra estima y de Nuestro afecto, sino también de la verdad, fundamento y oportunidad de Nuestras recomendaciones, así como de los frutos que, según esperamos, de ellas habrán provenido para vosotros mismos y para la sociedad. …recordaréis a vuestros hijos y nietos cómo el Papa de vuestra infancia y niñez no omitió indicaros los nuevos deberes que las cambiadas condiciones de los tiempos imponían a la Nobleza” (Destaques del original).
Palabras que dejan ver que las alocuciones obedecían a altos designios, claramente definidos, y la importancia y durabilidad de los frutos esperados, al contrario de lo que ocurriría con alocuciones de pura cortesía social.
El aprecio de Pío XII por la Nobleza hereditaria se destaca con peculiar brillo en las siguientes palabras dirigidas a la Guardia Noble Pontificia (26.XII.1942):
(…)
“Vosotros, guardia de Nuestra Persona, sois nuestra coraza, bella en virtud de aquella nobleza que es privilegio de sangre y que, ya antes de vuestra admisión en el Cuerpo, resplandecía en vosotros como prenda de vuestra devoción; porque, según el antiguo proverbio, ‘bon sang ne peut mentir’. La sangre que pasa gradualmente de generación en generación en vuestros ilustres linajes es vida (…). En los más sombríos momentos…la fidelidad de vuestros antepasados ha brillado con mayor esplendor y evidencia, más generosa y ardiente que en los momentos luminosos de magnificencia y prosperidad (…). Ninguna consideración humana, ninguna solicitación, ninguna lisonja, ninguna amenaza consiguió…desviarles del sendero de su fidelidad. Tan escogida tradición de virtud familiar, así como fue transmitida en el pasado de padres a hijos, continuará, no lo dudamos, comunicándose de generación en generación como herencia de grandeza de ánimo y de nobilísimo orgullo de la estirpe” (Destaques del original).

7. Documentos de valor permanente

“Pero –dirá alguien por fin- después de Pío XII se inauguró para la Iglesia otra era: la del Concilio Vaticano II. Todas las alocuciones del fallecido Pontífice dirigidas al Patriciado y a la Nobleza romana cayeron así como hojas muertas en el suelo de la Iglesia y los Papas conciliares y postconciliares no volvieron a tratar del asunto.
“Tampoco esto es verdad, y para demostrarlo son mencionados en este trabajo, argumentandi gratia, expresivos documentos de los sucesores del llorado Pontífice”.

Nota: fin de la visión de conjunto del Cap. I – Continuaremos con el siguiente.

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